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QUIÉN ES GREG ABEL: NUEVO CEO DE BERKSHIRE HATHAWAY

Greg Abel, nacido en Edmonton (Canadá), es el ejecutivo de bajo perfil que tomará las riendas de Berkshire Hathaway en 2026, en reemplazo del legendario Warren Buffett. Con más de 30 años de experiencia en el sector energético y más de dos décadas dentro del ecosistema Berkshire, Abel ha demostrado una capacidad poco común para operar con disciplina, leer métricas como un cirujano y mantenerse fuera del reflector mientras transforma negocios. Este artículo profundiza en su trayectoria, estilo de liderazgo, desafíos y por qué Buffett lo llamó “la única opción” para sucederlo.

De Edmonton al círculo de Buffett


Greg Abel nació en 1962 en Edmonton, Alberta, una ciudad más conocida por el hockey que por formar titanes empresariales. En 1984 se graduó con honores de la Universidad de Alberta en contabilidad, un camino técnico que definiría su enfoque profesional: precisión, control, humildad. Inició su carrera en PricewaterhouseCoopers antes de entrar al mundo de la energía a través de CalEnergy, compañía que eventualmente lo llevaría al universo Buffett.


En 1992, Abel se incorporó a MidAmerican Energy. Cuando Berkshire Hathaway adquirió esa compañía en 1999, empezó su ascenso dentro del conglomerado. Fue presidente en 1998, CEO en 2008 y, bajo su liderazgo, MidAmerican se transformó en Berkshire Hathaway Energy (BHE), un gigante que hoy genera cerca del 10% de toda la energía eólica de Estados Unidos.


Un ascenso basado en resultados, no relaciones públicas


Mientras otros ejecutivos habrían usado esa transformación como trampolín mediático, Abel mantuvo su perfil discreto. No busca cámaras, no publica frases virales ni asiste a Davos. Prefiere una hoja de cálculo bien estructurada a una entrevista. Esa misma frialdad ejecutiva es la que enamoró a Buffett.


  • BHE se convirtió bajo su gestión en una de las utilities más eficientes de EE.UU.

  • Instauró un sistema de accountability con métricas operativas semanales.

  • Mantuvo márgenes por encima del 20% en todos los ciclos de mercado.

  • Logró el crecimiento sin apalancamiento excesivo ni adquisiciones innecesarias.


Abel no llegó a la cima porque supo venderse, sino porque entregó resultados sostenidos durante décadas. Como diría un meme financiero: “Cuando tus KPIs hablan más fuerte que tu LinkedIn.”


Conexión directa con Buffett


Buffett siempre ha valorado la meritocracia callada. En entrevistas, ha destacado cómo Abel llegaba preparado a cada reunión, cuestionaba cada métrica y desafiaba decisiones con elegancia y datos. En 2021, cuando se le preguntó quién sería su sucesor, Buffett respondió: “Greg. No tengo un plan B.”


La confianza se construyó durante años. No fue un dedazo repentino. Fue una curva de track record ascendente, silenciosa, pero implacable.


La estructura que maneja en Berkshire


Desde 2018, Greg Abel ha sido el vicepresidente encargado de todas las operaciones no aseguradoras de Berkshire Hathaway. Esto incluye más de 189 subsidiarias en sectores como transporte, manufactura, energía, retail, y servicios industriales. La diversidad y complejidad del portafolio que supervisa es digna de una nación, no de una empresa.


Gigantes bajo su control


Algunas de las empresas bajo el ala de Abel incluyen:

  • BNSF Railway: la mayor red ferroviaria de carga en EE.UU.

  • Berkshire Hathaway Energy: con proyectos de energía renovable en 11 estados.

  • Duracell, NetJets, Dairy Queen y See’s Candies.

  • Más de 100 firmas manufactureras, desde Precision Castparts hasta Lubrizol.


Durante el primer trimestre de 2025, este conglomerado no asegurador generó más de 5.000 millones de dólares en utilidades. Es una muestra de su eficiencia: Abel supervisa con una mezcla de autonomía radical y reportes rigurosos.


Expansión internacional y disciplina interna


Abel también lideró la entrada estratégica de Berkshire en cinco sōgō shōsha japonesas (Mitsubishi, Itochu, Marubeni, Mitsui, Sumitomo). Un movimiento que fue visto como silencioso pero brillante: compras bien valoradas, bajo apalancamiento y alto rendimiento por dividendos.


Además, implementó un sistema interno de scorecards para las empresas del portafolio, donde cada unidad debe reportar resultados mensuales con KPIs uniformes. ¿Estilo de consultora? No. Estilo Abel. Ejecución sobre estética.


Warren Buffet anunció que dejará la dirección ejecutiva de Berkshire Hathaway y confirmó que Greg Abel, vicepresidente de operaciones no aseguradoras, será el nuevo CEO.

Warren Buffet anunció que dejará la dirección ejecutiva de Berkshire Hathaway y confirmó que Greg Abel, vicepresidente de operaciones no aseguradoras, será el nuevo CEO.

¿Puede mantener el legado de Buffett?


El reto que enfrenta Greg Abel no tiene precedentes: reemplazar a Warren Buffett no es solo ocupar una silla, es tomar las riendas de un mito viviente del capitalismo. Sin embargo, Abel tiene algo que pocos herederos tienen: la confianza irrestricta de su predecesor, el respeto del consejo, y un historial difícil de cuestionar.


Diferente estilo, misma brújula


  • Abel será más directo y operativo, menos filosófico y mediático.

  • Buscará eficiencia sin tocar la descentralización que define a Berkshire.

  • Está comprometido con la asignación racional de capital, no con la especulación.


Abel no intenta ser otro Buffett. Él mismo lo ha dicho: “Mi trabajo no es imitarlo, sino preservar lo que construyó”.


Vida personal y reconocimiento


Reside en Des Moines, Iowa. Es amante del hockey, lleva un estilo de vida austero y evita los reflectores. Su patrimonio ronda los mil millones de dólares, y forma parte de las juntas de Kraft Heinz, Drake University y los Boy Scouts de Mid-Iowa. Sus colegas lo describen como metódico, incansable y reservado.


Cuando Buffett dice: “Berkshire es afortunada de tenerlo”, no es una frase vacía. Es el veredicto final de uno de los mejores jueces del talento empresarial.


Riesgos en el horizonte


Abel deberá navegar un contexto incierto: inflación persistente, tensiones con China, elecciones impredecibles en EE.UU. y avances disruptivos como la IA. Además, algunos accionistas temen que se pierda la “intuición” única de Buffett para detectar gangas.


Pero si algo ha demostrado Greg Abel es que no necesita intuición mística para construir imperios. Le basta con disciplina operativa, pensamiento estratégico y una obsesión casi científica por los detalles.


El mercado ya no busca solo visionarios. Busca ejecutores. Y en ese juego, Abel es de élite.


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